lunes, 13 de julio de 2009

'Streaming', no es oro todo lo que reluce

La piratería digital, tanto en el cine como en la música, ha disminuido gracias al ‘streaming’. Sin embargo, ya existen programas que permiten transformar estas señales en archivos descargables.

La piratería digital lleva años siendo uno de los mayores problemas de la Red y nadie ha dado todavía con la solución. Tiendas online para realizar descargas legales, webs con música, series y películas en streaming –sitios donde se puede ver o escuchar archivos online–, radios en Internet gratuitas, son algunas de las propuestas, pero ninguna de ellas ha conseguido acabar definitivamente con la piratería.

Sin embargo, según el informe eEspaña2009, realizado por la Fundación Orange, el streaming ha ganado terreno sobre el P2P (red de intercambio de archivos), tanto en el caso del séptimo arte como en el de la música. Los datos del estudio señalan que el 47,8% de los internautas utilizaron este sistema para ver películas en el último año, frente al 37,3% que las descargó ilegalmente. En el caso de la música, las redes P2P siguen manteniendo el liderazgo (42%), pero los sistemas de escucha online han crecido en los últimos meses hasta alcanzar un nada despreciable 38,5%.

La razón de esta mejora de resultados del streaming y de su creciente popularidad reside en la facilidad y la rapidez, ya que en un sólo clic el internauta puede visualizar u oír el archivo deseado sin tener que esperar a que se descargue en el ordenador, como sucede en las redes de intercambio de archivos P2P.

Nadie es perfecto
A pesar de todo, y teniendo en cuenta los software que han aparecido en los últimos meses, está claro que el streaming tampoco significará el final de las descargas ilegales. Actualmente, existen determinados programas que permiten transformar los datos emitidos vía streaming en archivos permanentes que pueden ser almacenados como mp3 o algún sistema de compresión similar para los audiovisuales.

En el caso de la música, cabe resaltar que, por ejemplo, a Spotify, que ha revolucionado el sector en los últimos meses por ser un servicio que destaca del resto por su estabilidad, calidad y velocidad de carga, ya le han salido alguno de estos software, como Replay Music y Spotify Ripper.

Ambos se encargan de detectar una emisión de Spotify en el ordenador, crear un archivo mp3 para cada canción y rellenar todas las etiquetas ID3 correctamente a partir de la memoria caché que utilizan las transmisiones en streaming.
Y estos no son las únicas muestras. Freemusiczilla permite realizar esta misma tarea en radios interactivas, como Last.fm o Yes.fm –que atraviesa problemas financieros por falta de suscriptores de pago–, Imeem o Pandora. Otro ejemplo es Freezer, que funciona con los archivos que se pueden escuchar en Deezer, Imeem o Jiwa.fm.

En lo que al séptimo arte se refiere, también han surgido programas que permiten descargar vídeos o películas de sitios tan populares como Seriesyonkis, Sinlamula, Peliculasonline o Cinegratis. El software más utilizado por el momento es el Video DownloadHelper. El Orbit Downloader es otro producto que permite archivar vídeos y otro tipo de contenidos, ya que también es capaz de almacenar audio. Su éxito se debe a que es una alternativa para aquellos que no usen ningún programa para gestionar las descargas y busquen un todo en uno.

Sea como sea, resulta evidente que a pesar de que el streaming parecía ser una buena opción, sigue sin ser la solución. Ahora, los creadores de contenidos y los distribuidores deberán trabajar codo con codo para hallar una solución definitiva a la piratería, aunque el final no parece estar cerca.

Servicios de pago
Los españoles son usuarios intensivos de contenidos digitales, y se han situado a la cabeza europea en la descarga de música online. Sin embargo, la idiosincrasia cultural del país hace que la elevada demanda de contenidos digitales no se materialice en un fuerte mercado de contenidos digitales, debido a la escasa propensión al consumo de contenidos de pago.

Esta peculiaridad conforma un reto para las empresas que quieran explotar estos mercados. El comportamiento de los usuarios españoles se traduce en una disminución del volumen de negocio de la industria discográfica, debido al paulatino cambio de formato, donde el disco físico ha ido perdiendo enteros.

Vía Expansión

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