Mientras los medios de comunicación, vapuleados por la maquinaria de relaciones públicas socialista, orquestan todo un paripé mediático de cara a justificar que Cataluña se lleve una enorme tajada en los próximos presupuestos generales del estado y así garantizar un buen número de necesarios votos para Zapatero, Motril, una ciudad con más de 60 mil habitantes y un importante puerto, y la segunda en importancia en la provincia de Granada, aún no cuenta con conexión ferroviaria con el resto del país.
Que se sepa, la Cámara de Comercio fue la primera que reivindicó un ferrocarril que uniera Granada con la Costa Tropical. Era el año 1886. Arranca una historia que aún no ha finalizado y que demuestra lo poco que importa Granada a los políticos.
Casi un siglo y cuarto después, este pequeño corredor ferroviario de apenas 60 kilómetros aún no está garantizado. En todo este tiempo solo se ha producido un avance: la Junta de Andalucía, tras 30 años de dictadura socialista, se ha decidido a dibujarlo en su Plan de Ordenación del Territorio (POTA); una línea imaginaria en un mapa que necesita financiación y plazos concretos, y que en consecuencia sólo se queda en otro efectista ejercicio publicitario, del tipo "segunda modernización", de cara a las próximas elecciones generales.
El Estado no maneja por el momento la construcción de la línea ferroviaria Jaén-Granada-Motril, sumiendo a estas provincias una vez más, en un profundo subdesarrollo motivado por la acuciante inexistencia de ejes de comunicación (ya ni hablamos de que funcionen, ¡es que no hay!)
Uno de los mayores perjudicados por la inexistencia del ferrocarril es el puerto motrileño, el único gran puerto de mercancías en España que no está conectado con tren. Una carencia que limita el tráfico de mercancías, que han caído en más de un 17% en lo que va de año, y que lastra el ya de por sí paupérrimo nivel de renta per capita de la provincia de Granada.
¿Hasta cuando permanecerán callados los granadinos sin protestar?
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