miércoles, 16 de mayo de 2007

Los políticos que no cumplen a la puta calle

A pesar de que lo prometido es deuda, en cuanto nuestros queridos políticos alcanzan el poder, se olvidan rápidamente de lo que prometieron, y lo que es peor, la ciudadanía, como si de un enorme dispositivo con memoria volátil se tratara, vuelven a votarlos en las elecciones siguientes sin pararse a pensar que no cumplieron lo que dijeron la última vez. Verdaderamente el ser humano es el único animal que tropieza no dos veces, sino 200 con las misma piedra.

En la provincia de Granada desde que tengo uso de razón (y ya sobrepaso los 30), elección tras elección unos y otros fueron prometiendo que se acabaría la autovía a la costa antes de la siguiente legislatura, que la Alhambra pasaría a gestionarse desde Granada en vez de Sevilla, que tendríamos un enorme museo dedicado a García Lorca, que habría cientos de guarderías gratuitas, que el Ave llegaría a Granada e incluso que tendríamos un reluciente metro. ¿Han cumplido? Categóricamente NO.

En Barcelona tenemos tres cuartos de lo mismo, con el cuarto cinturon, la mejoría de metro e incluso el que toda la ciudad sea WiFi (propuesta que CiU ha vuelto a sacar ahora a la palestra, como gran novedad). Lo que pasa es que aquí siempre está el gobierno central, el de Madrid, al que se le puede echar la culpa y los políticos locales se quedan tan frescos. Me pregunto qué pasaría si un día Cataluña fuera independiente, más de uno lo iba a pasar mal porque ahora se hace mucha demagogia con el tema.

El caso es que creo que el actual sistema tiene que cambiar radicalmente. Deberían copiarse muchas cosas del sector privado. Si en una empresa no cumples, te echan, y sin esperar a que pasen cuatro años. Pues con los políticos tenía que pasar lo mismo. Debería existir un registro de todas y cada una de las propuestas programáticas, con un plazo de ejecución. Si no se cumple y no se tiene una razón objetiva, a la calle, y además sin paro, como nos hacen a los jóvenes de hoy día que trabajamos como personal de investigación.

En definitiva, dado que si el ser humano no se ve con el agua al cuello no nada, abramos los grifos a ver si espabilan de una puta vez y dejan de tomarnos el pelo.

8 comentarios:

Unknown dijo...

A mí lo que me jode es cuando insultan la inteligencia de uno y se llenan la boca de palabras bonitas y abstractas: empleo, paz, justicia, prosperidad, etc. y se quedan tan panchos, como si hubieran dicho algo original. Y el que más me repatea en eso es actual presi.

Me gustaría oír más el "cómo" y compromisos concretos y medibles, como tú dices. Y sobre todo con fecha de caducidad.

Y así con los funcionarios también. La burocracia tal como está planteada puede funcionar en países nórdicos, con más ética. Pero en entornos tan cínicos y corruptos como el nuestro... es de chiste.

En cuanto a los políticos catalanes... pues yo creo que vivirán de las rentas del victimismo hasta el fin de los tiempos, con independencia y con lo que haga falta. Siempre se puede recurrir a deudas históricas, represión histórica y otras excusas.

Anónimo dijo...

Yo saqué mis conclusiones hace tiempo... desde que tengo uso de la razón, no los voto.

La democracia se construye día a día, en el trabajo cotidiano, y no una vez cada 4 años...

salud y anarquía!!

Unknown dijo...

Sí, yo hice eso desde mi bautismo electoral a los 18. Pero lo único que consigues es enviar un mensaje sin consecuencias. En la práctica tu voto no emitido va a parar a alguien, posiblemente el que peor te cae. Díselo a los franceses con el susto que les dio Le Pen en su día.

Brevedans de BCN, el rollo este de Ciutadans cómo va? Se presentan a las municipales? Es verdad lo que dicen o son más de lo mismo?

Brevedades dijo...

Exacto, hay que darles donde más duele votando, aunque tampoco sea la solucion perfecta, de lo contrario al final se llevan tu trozo del pastel.

Los de ciutadans están apagados, aunque también mediáticamente están muy censurados. Se presentan a las municipales pero hasta ahora las encuestas no son muy positivas.


Oye, la calavera esa no me acaba de convencer, ej? No puedo tener yo también poderes mágicos para decidir el diseño y tal del blog este? Mira que me llevo mi audiencia a otra parte :-)

Unknown dijo...

ya estamos con el divismo? hala, quito la calavera y te doy admin power!

Unknown dijo...

Una cosa que me pica y quiero echar fuera: en muchos aspectos, los políticos son un reflejo de la sociedad. Se puede decir (hasta cierto punto) que tenemos lo que nos merecemos porque el cinismo y la picaresca son parte de nuestro caracter. Eso no quita para que los políticos den ejemplo y cambien algo desde arriba (por muy idealista que suene).

Por ejemplo, fíjate en las preguntas que le hacían al ZP y al Rajoy en "Tengo una pregunta para Ud...". Todos pedían más dinero, más subsidios, más trabajo en el sector público, más leyes que lo hicieran todo bonito y barato. Cualquiera diría que queremos un estado soviétio que nos lo haga todo. Nadie pidió más libertad o facilidades para crear su negocio o para fomentar una sociedad civil más activa y menos dirigida. Y claro, los interpelados a su rollo: palabras bonitas y ni una respuesta. Ni siquiera el precio del café.

Brevedades dijo...

No suelo estar de acuerdo con lo de que tenemos lo que nos merecemos. Mira en África, qué pasa, ¿que las gentes son malas por sistema y por eso tienen esos gobiernos que los ahogan hasta la muerte desde hace años?
Tenemos lo que nos merecemos conlleva aceptación y yo no me conformo con esa tesis.
Eso sí, lo que hay es inmovilismo. Es muy bonito que otros te solucionen los problemas mientras tú sólo criticas y no pones de tu parte. La clave está en la movilización con objetivos claros, palpables y realizables.

Unknown dijo...

Cuando digo "tenemos lo que nos merecemos" no implico aceptación de ningún modo, todo lo contrario. Lo que quiero decir es que no se puede culpar sólo a los políticos de todo y quedarnos tan anchos: son una parte más del problema, que salta más a la vista porque están en el poder y tienen mayor responsabilidad (hacen más daño). Ellos deberían encauzar los cambios necesarios. Pero la responsabilidad es de todos, de la sociedad civil. O sea, que al final no estamos tan en desacuerdo.