martes, 10 de abril de 2007

Epítome (telenovela mínima)

Mónica no era feliz en su trabajo. Se quejaba de que a nadie le importaba una mierda hacerlo bien o mal, la única estrategia era cubrirse las espaldas y cobrar a fin de mes. Patric, su marido, adoptaba la misma actitud en casa: todo lo daba por aceptable, evitando cualquier confrontación. Sus padres, sus amigos, los vecinos, el gato, todos vivían en ese territorio seguro de la mediocridad. Mónica necesitaba escapar y lo intentó de varias maneras.

Empezó llegando tarde a trabajar, tomándose largas pausas para el café e incluso emborrachándose en la oficina con botellines de vodka, pero a nadie pareció importarle, de hecho le ofrecieron un ascenso que ella rechazó. Engañó a su marido con varios compañeros, haciéndolo cada vez más obvio, buscando una crisis. Patric por su parte lo ignoraba a posta y multiplicaba sus atenciones, sin llegar a hablar del tema. Cada vez que ella iniciaba una pelea, por muy absurda que fuera, él aceptaba toda la responsabilidad y pedía perdón.

Cuando Mónica hizo público que era lesbiana, ya por pura desesperación, todo el mundo la entendió y la apoyó. Y reaccionaron de la misma manera cuando se desdijo. Llegó a tener miedo, porque sabía que podía llegar más lejos.

Sin embargo, toda esta cadena de eventos pareció detenerse con su embarazo. Mónica dejó el trabajo y se dedicó por completo al niño, afirmaba haberle encontrado un nuevo sentido a su vida. Años más tarde se reiría recordando su frustración de entonces, no sin un cierto remordimiento.

(publicado en maltrago)

2 comentarios:

Brevedades dijo...

Mola, es como la vida misma.
¿Denoto un posible interés en que la cigüeña llame a la puerta?
Por cierto, ¿en taiwán también tienen la metáfora de la cigüena?


En otro orden de cosas, ¿cómo te las apañas para firmas con seudónimos distintos?

Unknown dijo...

No, en Taiwán no hay cigüeñas ni falta que hacen. Todo lo contrario. La idea era más del miedo a sentar la cabeza, lo absurdo de la correción política y el extraño influjo que ejerce tener un crío sobre una mujer.

No firmo con seudónimos distintos. Aquel era otro blog, con otra cuenta. Al final me quedé sin ideas y empecé a meter historietas y poemillas de otros tiempos.

Y bueno, a partir de ahora, prometo postear sólo material inédito :-).